Allí donde lograron multiplicar la vida
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Por Arce Domingo e Irene Martínez-Morata
Allí donde lograron multiplicar la vida
Es noche cerrada, todo está en silencio y no se ve ni una luz. Una gran sensación de calma nos invade al llegar. El mar se escucha cerca, al final del largo camino de tierra que nos ha traído hasta aquí. Pero no es un mar cualquiera, bajo esas olas se esconde el Acuario del Mundo.
El parque nacional de Cabo Pulmo (Baja California Sur, México) no sólo es especial por la cantidad de especies marinas que habitan allí. También lo es por la lucha de aquellos que han hecho posible una de las mayores historias de recuperación y conservación ambiental del planeta.
Mario Castro Lucero, descendiente de una familia de pescadores que habitan este municipio desde hace más de un siglo, pone cara al liderazgo de esta comunidad para proteger el parque marino. Nos recibe con una sonrisa para contarnos esta historia de perseverancia, recordándonos que la lucha continúa.
🐳 El acuario del mundo
En el siglo XX, el célebre oceanógrafo y explorador francés Jacques Cousteau bautizó Cabo Pulmo como el Acuario del Mundo por su enorme biodiversidad y excepcional belleza, pero este paraíso se vio amenazado por décadas de sobreexplotación pesquera sin control.
La familia Castro y los científicos de la Universidad Autónoma de Baja California Sur se unieron para luchar por la conservación de este lugar, logrando que el gobierno declarara esta zona de más de 7.000 hectáreas Parque Marino Nacional el 6 de junio de 1995.
En 25 años como Área Marina Protegida, el ecosistema se ha recuperado en un 460%, y diversas especies migratorias como tiburones ballena, mantarrayas gigantes o ballenas jorobadas han vuelto a este lugar, calificado por los científicos como la reserva marina más saludable del mundo.
En 2005, Cabo Pulmo fue declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. Hoy es uno de los mejores laboratorios vivos de cómo la conservación basada en evidencia trae de vuelta un mar rebosante de vida.
💡¿Sabías qué?
Un estudio reciente reveló un promedio del 446% de recuperación del ecosistema en 55 Áreas Marinas Protegidas, lo que pone de manifiesto que los ecosistemas degradados se pueden restaurar si se ponen medidas para ello. En el caso de Cabo Pulmo, la densidad de peces en el arrecife es de 4 toneladas por hectárea. Se trata de la mayor densidad de peces registrada en cualquier lugar del mundo. Esto ha dado lugar a que haya una gran abundancia de pescado en los alrededores del área protegida, favoreciendo además la pesca comercial controlada.
🤝 El poder de la comunidad
En la década de 1930, Jesús Castro Fiol, abuelo de Mario, advirtió a los científicos de la extinción de la madreperla debido a la explotación de la industria perlera.
Más adelante, en los 90, ante la evidencia de la degradación del ecosistema, la familia Castro decidió abandonar la pesca, que les había dado de comer durante generaciones, y adoptar una nueva forma de subsistencia que permitiera restaurar el lugar.
Mario nos cuenta emocionado que esta ha sido una lucha de generaciones. Su padre y su abuelo le inculcaron la importancia del arrecife, y él se lo ha inculcado a sus hijos y nietos. “Hemos trabajado duro día tras día, y no todo es de color de rosa, pero lo seguiremos haciendo porque la conservación es lo más importante”.
Ahora toda la familia se dedica al ecoturismo. Cabo Pulmo es pionero en turismo sostenible, con alojamientos operados por energía solar al 100%. La electricidad es limitada para minimizar su impacto en el área, lo que permite apreciar un impresionante cielo estrellado libre de contaminación lumínica.
La ciencia respalda este enfoque comunitario: los estudios han mostrado que las iniciativas de conservación y sostenibilidad que involucran a las comunidades locales tienen mayor éxito y persisten más en el tiempo.

🛑 Frenando el turismo de masas
En 2008, la empresa española Hansa Urbana trató de desarrollar un macrocomplejo turístico llamado “Cabo Cortés” en las inmediaciones de Cabo Pulmo.
Este proyecto era una amenaza para el arrecife debido a sus impactos ambientales: vertido de aguas residuales y de aceites de las embarcaciones, destrucción de las dunas, gran demanda de agua potable, y masificación del turismo, entre otras.
La familia Castro, apoyada por la organización Greenpeace, organizó grandes movilizaciones ciudadanas para que la construcción de este complejo se cancelara.
A sus 5 años de edad, Jeshua Castro, nieto de Mario, entregó más de 220.000 firmas al presidente mexicano Felipe Calderón, que finalmente canceló los planes de edificación.
Esta victoria pone de manifiesto la importancia de las iniciativas comunitarias organizadas, pero también nos recuerda lo difícil que es la lucha por la protección de la naturaleza.
💡¿Sabías qué?
En 2024, Claudia Sheinbaum hizo historia al convertirse en la primera científica presidenta de México. Su administración ha dado mayor peso a la evidencia científica, con una agenda para alcanzar la prosperidad económica restaurando el medio ambiente. Sin embargo, científicos de distintas universidades han expresado su preocupación en la revista Science, advirtiendo que la conservación del entorno marino no está incluida en este plan y demandando políticas de protección para otras zonas costeras de vital importancia en el país.
🚀 Pasando a la acción para salvar los océanos
Los océanos son un gran sistema de soporte vital para el planeta: regulan el clima, absorben CO2, amortiguan el calentamiento global y sostienen cadenas alimentarias de las que dependen millones de personas.
Cuidar y restaurar los océanos es invertir en salud, economía y futuro. La ciencia ha demostrado que pequeñas acciones pueden tener un gran impacto.
Una reciente recopilación de 764 intervenciones de restauración marina en todo el mundo mostró que el 64% de ellas tuvieron un efecto positivo, y que son escalables a una gran variedad de hábitats. Algunos ejemplos incluyen:
En el Mediterráneo, científicos cultivan en tierra pequeñas plantas marinas y las plantan como si fueran viñedos submarinos. Con Posidonia oceanica, un alga que oxigena el agua, secuestra carbono y sujeta los sedimentos, han ido recuperando praderas que vuelven a dar cobijo a peces y caballitos de mar.
También en el Mediterráneo, la “jardinería de coral” cría especies de coral en guarderías y, cuando alcanzan el tamaño adecuado, se insertan en arrecifes dañados para acelerar su recuperación.
En Chesapeake Bay (EE. UU.) se está implementando la creación de sustratos y siembra de ostras para reconstruir arrecifes que limpian el agua y sostienen pesquerías locales.
En el sudeste asático, se están llevando a cabo iniciativas para devolver el agua a los bosques de manglares, abriendo diques y canales obstruidos que restablecen el flujo natural para que las semillas lleguen y se establezcan solas.
Las intervenciones mostraron ser sorprendentemente eficaces incluso en zonas donde persistía el impacto humano.
Estos proyectos demuestran la viabilidad de un plan global de «restauración azul», incluso para los ecosistemas de aguas profundas, gracias a la creciente disponibilidad de tecnologías nuevas y rentables.
♻️ Tecnología para garantizar la sostenibilidad
La tecnología permite acelerar la recuperación de los océanos y monitorizar en tiempo real lo que sucede en ellos.
Herramientas como Global Mangrove Watch y NOAA Coral Reef Watch usan satélites e IA para ver lo que el ojo humano no alcanza, como cambios en manglares, praderas y arrecifes, estrés térmico, e incluso pérdidas de hábitat tras tormentas. Esto permite generar alertas en tiempo real y respuestas rápidas ante amenazas que antes pasaban desapercibidas.
Los robots oceánicos autónomos, como los BGC-Argo, pueden medir temperatura, oxígeno y nutrientes del mar permitiendo decretar cierres pesqueros, activar planes de restauración o emitir alertas tempranas cuando un ecosistema entra en riesgo.
Para monitorizar un hábitat restaurado sin generar impacto, la tecnología de ADN ambiental analiza una muestra de agua o sedimento y obtiene la “huella genética” de peces, invertebrados y otras especies. Es una forma rápida y no invasiva de comprobar si la biodiversidad se está recuperando.
💡¿Sabías qué?
Investigaciones en México han observado que implementar zonas de veda, es decir, áreas donde se prohíbe toda actividad extractiva (pesca, recolección, etc.) es la mejor forma de preservar estos ecosistemas. El equipo del Dr. Aburto-Oropeza, de la Universidad de California San Diego, revisó la eficacia de restringir la pesca y el turismo en diez áreas marinas protegidas del Golfo de California. Documentó que la mayoría no tenían una vigilancia activa ni una gestión eficiente, lo que impedía la regeneración. Tan solo Cabo Pulmo lo consiguió, lo que muestra la importancia de involucrar a la comunidad local en las estrategias de conservación.
🗣️ La lucha continúa
Cabo Pulmo no es un caso aislado. Iniciativas de regeneración de ecosistemas impulsadas por comunidades locales emergen y persisten en todo el mundo. En España, el Mar Menor protagoniza otra historia de movilización ciudadana para la conservación de un área marina.
El Mar Menor es la laguna costera más grande de España. Separada del Mediterráneo por una barra de arena, tiene un ecosistema muy singular por sus aguas cálidas y sus islas interiores.
La urbanización y el vertido de nitratos de la agricultura, junto al aumento de las inundaciones, han favorecido episodios de crecimiento desorbitado de algas marinas. Esto ha dado lugar a la muerte masiva de cientos de especies, principalmente por falta de oxígeno en el agua.
La ciudadanía local se ha movilizado. La Plataforma ILP Mar Menor y la comunidad científica, apoyados por ONGs internacionales, impulsaron una iniciativa que reunió cientos de miles de firmas, consiguiendo que en 2022 se reconociera la personalidad jurídica de la laguna y su cuenca.
Así, el Mar Menor pasó a ser el primer espacio natural con derechos propios (existir, regenerarse y ser protegido) en Europa. Gracias a ello se ha conseguido una recuperación parcial de la laguna, pero la lucha sigue.
“Desde un punto de vista de concienciación, es el mayor desastre ecológico que hay activo en España”, nos cuenta el Dr. Rodriguez Ros, oceanógrafo y autor del libro El Mar que Muere. “La sociedad española debe ser consciente de ello, pero ha habido una comunicación pésima, algunos políticos siguen fomentando la creencia de que si el agua está transparente el Mar Menor ya está sano, aunque la realidad es más compleja”, afirma.
En junio de 2025, la ONU la nombró Iniciativa Emblemática de Restauración del Decenio. Se espera que este nombramiento contribuya a atraer financiación, cooperación técnica y visibilidad global.

🪸 El documental Hope! nos permitió conocer la historia de Cabo Pulmo y nos inspiró para hacer este viaje. En la página web de Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo podéis conocer más sobre sus iniciativas de educación ambiental, reciclaje, monitorización de la calidad del agua y de las tortugas, y espacios para la participación social, entre muchas otras.
🫂 Queremos dar las gracias a Mario Castro, Enrique (Kiki) Castro, Lucía Román y Diana Ponce por recibirnos con los brazos abiertos y contarnos con detalle toda la historia de este increíble lugar.
💌 ¿Tienes propuestas de colaboraciones, o temas científicos sobre los que te gustaría saber más? ¡Puedes dejarnos un comentario en este post, o escribirnos un correo a telodiceunacientifica@gmail.com!





muy interesante... Gracias
Hola chicas, que inspiradoras estás historias, aunque ya las conocía por la ser Hope y lo del mar menor por el libro, Laberinto mar, me ha encantado que vosotras también hagáis eco.
Ojalá que algún día yo pueda contaros que en mi pueblo, Candás (Asturias)he logrado poner en marcha con una amplia comunidad, un proyecto que devuelva la vida al arenal de la Playa Palmera, al menos.
Gracias por vuestro esfuerzo divulgador.
Marisé.