🍬 Edulcorantes en el cerebro, las secuelas de la guerra y más
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Por Irene Martinez-Morata y Arce Domingo
💊 El efecto de los edulcorantes sobre el apetito
Las claves
Los edulcorantes artificiales, como la sucralosa, se usan cada vez más como alternativa al azúcar porque no tienen calorías. Pero ¿ayudan a controlar el apetito?
Un nuevo estudio publicado en la revista Nature Metabolism ha detectado que la sucralosa puede activar las regiones del cerebro relacionadas con el hambre y la motivación para comer, y lo hace de forma más intensa que consumir azúcar.
Se trata de un estudio controlado y aleatorizado en el que participaron 75 adultos jóvenes, entre 18 y 35 años, con distintos niveles de peso.
Cada persona consumió una bebida con sucralosa, una con azúcar y otra solo con agua en días distintos. Los investigadores monitorizaron la sensación de apetito y las respuestas del cerebro mediante resonancia magnética.
🧠 Cerebros hambrientos
El estudio mostró que la sucralosa aumentó el flujo sanguíneo en el hipotálamo, una región del cerebro que se activa en respuesta a la glucosa y se asocia con el apetito.
El azúcar despertó una respuesta parecida, pero, tras unos minutos, el flujo sanguíneo de esta región disminuyó, y con ello también el apetito.
Es decir: los participantes sintieron más hambre y durante más tiempo tras consumir sucralosa en comparación a consumir azúcar.
Pero no todo fue negativo. Después de consumir sucralosa, aumentaron las conexiones con zonas del cerebro relacionadas con la motivación y la recompensa (la corteza cingulada anterior).
Estas conexiones no se observaron con el azúcar ni con el agua.
⚖️ ¿Cómo influye en el peso corporal?
Las respuestas del cerebro a la sucralosa variaron según el peso corporal.
En personas con peso saludable, la sucralosa activó más el hipotálamo que el azúcar, lo que podría aumentar el apetito y potencialmente llevar a una ganancia de peso.
Las personas con obesidad mostraron un aumento del apetito tras consumir sucralosa, pero también tras consumir azúcar, lo que sugiere que las señales del apetito están alteradas en personas con obesidad, como os contamos en este post.
Estas respuestas fueron más pronunciadas en las mujeres que en los hombres.
📡 La IA toma conciencia propia

Las claves
La inteligencia artificial (IA) que utilizamos hoy en día no es realmente inteligente, a pesar de su capacidad para realizar tareas asombrosas mejor que los humanos.
Las herramientas actuales se basan en modelos estadísticos y grandes cantidades de datos, pero solo están programadas para tareas específicas.
Los expertos llevaban años tratando de dar el salto a la Inteligencia Artificial General (IAG), un sistema que tendría la capacidad para razonar y adaptarse de forma autónoma a las situaciones igual que los humanos.
Esta idea que parece ciencia ficción se ha hecho realidad: Tong Tong es la primera agente de IAG del mundo, creada por el doctor Song-Chun Zhu (decano del Instituto de Inteligencia Artificial de la Universidad de Pekín) y su equipo.
Se trata de una niña china digital de 3-4 años que vive en una realidad virtual que es capaz de reproducir la complejidad del mundo real.
💻 ¿Cómo se puede conseguir algo así?
Para ello, se ha incorporado a la IA un mecanismo que simula el funcionamiento del cerebro humano, conocido como el espacio matemático “CUV”.
“C”: simulación de la cognición y el cerebro humano.
“U”: habilidad para comprender e interactuar con su entorno.
“V”: motivación de la IAG para tomar decisiones (es decir, sus “valores”).
El doctor Zhu explica que “la diferencia entre la IAG y la IA actual es como la diferencia entre un cuervo y un loro. Los loros pueden imitar patrones con mucha precisión, pero los cuervos pueden planear cómo alcanzar sus metas de forma autónoma en el mundo real”.
💡¿Sabías qué?
El contexto CUV podría facilitar que se incorpore la empatía a los agentes de IAG: la regla de “trata a los demás como te gustaría que te tratasen a ti mismo”. Mediante este modelo, si podemos representar el sistema cognitivo de los agentes AGI y comprender cómo funcionan las decisiones que toman paso a paso (incorporando valores que sean beneficiosos para la humanidad), los científicos creen que estaremos mejor equipados para controlarlos y mitigar los riesgos que supone crear una IA autónoma que no dependa de nosotros. En palabras del doctor Zhu, “el futuro de la IA será una intersección entre ciencia y filosofía”.
🌱 La amenaza de los metales pesados: de la tierra a los alimentos
Las claves
La exposición a metales pesados puede aumentar el riesgo de sufrir cáncer, enfermedades del corazón y problemas en el desarrollo infantil, entre otros.
Un reciente estudio en la revista Science ha detectado que entre el 14% y el 17% de las tierras agrícolas del mundo tienen niveles de metales tóxicos que superan los límites recomendados para la agricultura.
El estudio ha sido llevado a cabo por un equipo internacional de investigadores que ha tomado más de 800.000 muestras de tierra alrededor del mundo.
Los científicos se centraron en siete metales peligrosos: arsénico, cadmio, cobalto, cromo, cobre, níquel y plomo.
El estudio ha dado lugar a la creación del primer mapa global detallado de contaminación del suelo por metales tóxicos.
🌾 De la tierra a la mesa
Se estima que entre 900 millones y 1.400 millones de personas viven en regiones donde la contaminación de la tierra representa un riesgo elevado para la salud humana y el medio ambiente.
Muchos metales tóxicos llegan a nuestro cuerpo a través de los alimentos que crecen o se cultivan en tierras contaminadas.
Las zonas de mayor riesgo se encuentran en el sur de Europa, Medio Oriente, el sur de Asia y el sur de China.
Este “corredor de metales” coincide con zonas que han tenido actividad humana intensa desde la antigüedad, como el Imperio Romano, Persia, la India y las civilizaciones chinas.
Estos resultados lanzan una advertencia para gobiernos, agricultores y consumidores sobre los peligros ocultos en las tierras que sostienen la alimentación global.

👫 Las profundas secuelas de vivir en guerra
Las claves
El Estudio de Salud y Envejecimiento de Vietnam (VHAS, por sus siglas en inglés) se creó en 2018 para investigar los efectos a largo plazo de la exposición al conflicto armado entre los supervivientes de la guerra de Vietnam.
El equipo encuestó a unas 2.400 personas que tenían entre 20 y 30 años y vivían en zonas expuestas a violencia al final de la guerra (en 1975).
Recopilaron información sobre enfermedades y estrés postraumático, y tomaron muestras de sangre para medir el cortisol (la hormona del estrés) y la metilación del ADN, que puede indicar estrés y envejecimiento.
Los resultados podrían ayudar a los responsables políticos a ampliar la atención sanitaria: en la actualidad, las prestaciones llegan a los veteranos, pero no a aquellos que prestaron servicios informales (fuera del ejército) durante la guerra.
🇻🇳 Las mujeres y los niños mostraron secuelas más profundas
Los más jóvenes y las mujeres mostraron una mayor probabilidad de sufrir complicaciones en el futuro.
Entre las personas que vivían en zonas con niveles similares de bombardeos de alta intensidad, los menores de 15 años fueron más propensos a sufrir mareos, dolores articulares, problemas gastrointestinales y afecciones relacionadas con el estrés en etapas posteriores de la vida que los que tenían 20-30 años.
Aunque las mujeres no servían en el ejército, participaron en la guerra de otras formas, desde guiar a sus familias en las evacuaciones forzosas hasta cuidar de los heridos y reponer armas y alimentos en el frente.
Los datos del VHAS revelan que las mujeres fueron mucho más propensas a sufrir hipertensión arterial y enfermedades del corazón que los hombres que habían servido en el ejército.
💡¿Sabías qué?
El doctor Nguyen Huu Minh, de la Academia Vietnamita de Ciencias Sociales, vivió en guerra durante los primeros 18 años de su vida. En varias ocasiones tuvo que huir de su pueblo con su familia hacia los bosques y montañas para protegerse de los bombardeos, en los que perdió a varios familiares y amigos. Ahora, más de 50 años después, ha decidido estudiar el legado físico y emocional de experiencias como la suya, y es uno de los investigadores del estudio VHAS. La región donde vivía él y muchos participantes del estudio (Quẚng Bình) sufrió bombardeos tan intensos que todavía es frecuente que los habitantes descubran bombas sin explotar en sus patios y playas.
💌 ¿Tienes propuestas de colaboraciones, o temas científicos sobre los que te gustaría saber más? ¡Puedes dejarnos un comentario en este post, o escribirnos un correo a telodiceunacientifica@gmail.com!




Qué interesante.
Metales pesados de civilizaciones pasadas y las guerras asociadas a esas civilizaciones y a las actuales.
Gracias 🫂
Muchísimas gracias y felicidades por vuestro trabajo.