Fosas clandestinas, el sonido de los océanos y más
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Por Irene Martínez-Morata y Arce Domingo
💊 ¿Podría la vacuna del Covid-19 proteger contra el cáncer?
Las claves
Un nuevo estudio presentado en el Congreso Europeo de Oncología Médica y publicado en Nature ha observado que los pacientes con cáncer que recibieron vacunas de ARN mensajero (ARNm) contra el COVID-19 antes de iniciar un tratamiento de inmunoterapia vivieron mucho más tiempo.
El estudio sugiere que las vacunas de ARNm podrían despertar al sistema inmunitario, haciéndolo más eficaz contra los tumores.
En algunos casos como el del cáncer de pulmón avanzado, la supervivencia media de los pacientes pasó de 20,6 meses a 37,3 meses, casi el doble.
El efecto no se observó con otras vacunas como la de la gripe o la neumonía, solo con las basadas en ARNm.
El equipo, liderado por Steven Lin y Adam Grippin del MD Anderson Cancer Center (EEUU), ya prepara un ensayo clínico para confirmar estos resultados en pacientes.
🤲🏽 Una sinergia perfecta
La teoría de los investigadores es que las vacunas de ARNm, diseñadas para enseñar a nuestro sistema inmune a reconocer y eliminar el coronavirus, podrían activar también el sistema inmune contra las células tumorales.
Cuando se administran, provocan la liberación de citoquinas, unas proteínas mensajeras que activan al sistema inmune.
Estas citoquinas despiertan a las células inmunitarias dentro del tumor, que normalmente están presentes, pero inactivas.
Ante esto, los tumores intentan frenar las células inmunes y hacer que dejen de atacar. Es ahí donde entra en juego la inmunoterapia, eliminando estos frenos del tumor hacia el sistema inmune.
Juntas, ambas estrategias (vacunas ARNm e inmunoterapia) parecen reforzarse entre sí, aumentando la capacidad del cuerpo para reconocer y eliminar las células cancerosas.
Si se comprueba, sería una forma económica y rápida de mejorar la eficacia de tratamientos inmunológicos sin necesidad de desarrollar vacunas personalizadas.
👫 Huellas químicas para encontrar fosas clandestinas
Las claves
Más de 130.000 personas permanecen desaparecidas en México a manos de los cárteles del narcotráfico y otras organizaciones criminales.
Durante años, los asesinos han utilizado técnicas para deshacerse de los cuerpos, haciendo muy difícil para los investigadores y las familias hallar el paradero de las víctimas de homicidio.
Ahora, un grupo de científicos podría acelerar la búsqueda gracias al desarrollo de unas cámaras de alta precisión que pueden ser incorporadas a satélites y aviones.
La técnica, que se basa en analizar cómo el suelo, las plantas y otros materiales reflejan y absorben distintas longitudes de onda de la luz relacionadas con compuestos químicos, podría usarse para revelar enterramientos clandestinos detectando pistas invisibles al ojo humano.
“El hecho de que los investigadores estén aprovechando estos compuestos químicos específicos es realmente brillante”, comenta la antropóloga forense Amy Mundorff, de la Universidad de Tennessee.
🧪 El secreto está en la química
Para probar las cámaras, los investigadores destruyeron cadáveres de cerdos usando distintos métodos como quemarlos con diésel, cubrirlos con cal o disolverlos con lejía o ácido clorhídrico.
Enterraron los restos en una docena de lugares y, durante seis meses, los fotografiaron periódicamente con estas cámaras.
Las cámaras identificaron los lugares de enterramiento con un nivel de precisión entre el 90% y el 100%, aunque los casos en los que se usó diésel o ácido fueron más difíciles de localizar.
Ya han realizado un proyecto piloto en La Bartolina, cerca de la frontera con Texas, ayudando a asociaciones ciudadanas como los Guerreros Buscadores de Jalisco a identificar a sus familiares desaparecidos.
Sin embargo, el método aún no ha sido reconocido por las autoridades mexicanas para la búsqueda oficial de fosas.
💡¿Sabías qué?
La tecnología usada para buscar fosas clandestinas en México también se usa para rastrear contaminación ambiental y restos arqueológicos. Estos sensores multiespectrales pueden detectar variaciones químicas y térmicas tan sutiles que permiten observar lo invisible: desde restos humanos hasta suelos envenenados por actividades industriales o guerras. Lo que nació como una herramienta para la astronomía y la exploración espacial hoy se está convirtiendo en una aliada inesperada de la justicia y los derechos humanos.
🌱 El sonido que revela la salud de nuestros océanos
Las claves
El océano absorbe alrededor de un tercio de las emisiones anuales de CO₂, lo que aumenta su acidez. Esta acidificación puede dañar la vida marina y dificultar la absorción de carbono.
Por ello, la monitorización de los niveles de ácido en el agua marina proporciona información clave sobre la salud de nuestros océanos.
Investigadores de la Universidad de Dalhousie (Canadá) han logrado rastrear la acidificación de los océanos utilizando los sonidos de las olas, el viento y la lluvia que agitan la superficie marina.
La nueva técnica acústica logra medir el pH a grandes distancias, en lugar de depender de mediciones puntuales como hasta ahora.
También podría resultar útil para supervisar los experimentos de geoingeniería que tienen como objetivo reducir el carbono atmosférico aumentando la alcalinidad (es decir, la capacidad del agua para resistir cambios de pH).
🚢 La gran expedición
En 2009, el doctor David Barclay, uno de los autores del estudio, dirigió un crucero financiado por la Marina de los Estados Unidos al Mar de Filipinas para probar su nuevo dispositivo de escucha acústica.
Lanzaron su instrumento a 5.000 metros de profundidad, y descubrieron que cuando los vientos en la superficie soplaban a más de 10 nudos, los sonidos de las olas rompiendo llegaban hasta el dispositivo.
La clave está en que existen dos compuestos en el agua marina (el borato y el sulfato de magnesio) que amortiguan los sonidos, ya que absorben parte de la energía de las ondas sonoras.
La acidez disminuye la concentración de borato, mientras que el sulfato de magnesio no se ve afectado. De esta forma, pueden medir la acidificación comparando las frecuencias de sonido.
Tras varias mejoras del instrumento, muchos análisis matemáticos minuciosos y cinco despliegues de barcos, por fin ha llegado la oportunidad de realizar un monitoreo del pH marino a gran escala.
💡¿Sabías qué?
El programa Argo es una colaboración internacional entre más de 50 agencias de investigación para la observación global de los océanos. Casi 4.000 robots flotadores autónomos desplegados en los océanos de todo el mundo se desplazan a la deriva del mar y transmiten datos sobre la temperatura y la salinidad del agua. Aunque no miden directamente el pH, se podrían añadir sensores de pH a estos robots. Sin embargo, alcanzan una profundidad de 2.000 metros, mientras que el método acústico alcanza una profundidad de más de 10.000 metros y proporciona una medición más exhaustiva.
📡 ¿Ha llegado la revolución cuántica?
Las claves
Esta semana, Google ha anunciado que su nuevo algoritmo Quantum Echoes es capaz de resolver un problema 13.000 veces más rápido que los superordenadores clásicos más potentes.
Afirman así que han conseguido, por primera vez en la historia, alcanzar la “ventaja cuántica práctica”, es decir, la capacidad de los ordenadores cuánticos para acelerar radicalmente la computación en comparación a los clásicos.
El reciente premio Nobel de física Michel Devoret, científico jefe de Google Quantum, resalta que sus resultados son, además, verificables, de forma que si otro ordenador cuántico hiciera el mismo cálculo, el resultado sería el mismo.
La multinacional se muestra optimista con la posibilidad de que los ordenadores cuánticos puedan usarse en la práctica en un plazo de cinco años.
Sin embargo, algunos científicos se muestran cautelosos con los plazos, y sostienen que generalizarlo a procesos complejos requerirá de modificaciones importantes.
💻 La computación del futuro
El algoritmo podría usarse para descifrar la estructura de los sistemas de la naturaleza, desde las moléculas hasta los agujeros negros, por lo que podría tener aplicaciones revolucionarias en campos como la farmacología o el diseño de materiales.
La resonancia magnética nuclear (RMN) es uno de los métodos más utilizados actualmente para identificar la estructura química de moléculas como las proteínas.
En un experimento realizado en dos moléculas, los científicos de Google mostraron que el algoritmo cuántico es capaz de determinar su estructura, aportando además información adicional que no se puede obtener utilizando exclusivamente RMN.
La RMN mejorada con computación cuántica podría ser muy útil para el desarrollo de fármacos, ya que ayudaría a determinar cómo se unen los posibles medicamentos a las proteínas en las que deben actuar.
💡¿Sabías qué?
Varios intentos de probar la supremacía cuántica se han visto frustrados tras demostrarse que los mismos cálculos podían obtenerse con ordenadores clásicos mejorados, incluyendo el procesador Sycamore de Google en 2019 y el de la empresa D-Wave en marzo de este año. Algunos científicos creen que aún hacen falta pruebas más concluyentes. “Aunque el artículo realiza un trabajo muy serio al probar varios algoritmos clásicos, no hay pruebas de que no exista uno más eficiente” afirma Dries Sels, físico cuántico de la Universidad de Nueva York.
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