🐝 Equivocarse es humano, las bases biológicas de la depresión y más
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Por Irene Martínez-Morata y Arce Domingo
👫 Nos equivocamos más de lo que creemos
Las claves
Un nuevo estudio ha comprobado que la mayoría de las personas tiende a infraestimar la cantidad de información necesaria para tomar decisiones, y por lo tanto a sobreestimar su capacidad de tener una opinión formada.
Los científicos pidieron opinión a 1,261 personas sobre si fusionar dos escuelas era una buena decisión para gestionar unos recursos hídricos escasos en un sistema escolar.
Sin saberlo, 252 personas recibieron la información completa, 503 solo recibieron argumentos a favor de la fusión, y 506 solo recibieron argumentos en contra.
Los lectores de los argumentos unilaterales pensaron que la cantidad de información que tenían era idónea, y se mostraron más seguros de su conclusión que el grupo que recibió la información completa. Esto implica que las personas no son capaces de percibir que no tienen información suficiente para opinar sobre algo.
¿Podemos cambiar de opinión?
En el estudio, no todo fueron malas noticias: una de las hipótesis de los investigadores era que, para los participantes con información parcial, sería difícil cambiar de opinión incluso al conocer los argumentos del otro lado, debido a la concepción ya formada sobre la materia.
Pero no fue esto lo que observaron: cuando los lectores de los argumentos sesgados tuvieron acceso a la información completa, muchos cambiaron de opinión y, además, manifestaron menos confianza en su capacidad para tomar una buena decisión.
Esto da esperanzas de que, al menos, podemos rectificar. El psicólogo Barry Schwartz, del Swarthmore College, que no participó en el estudio, declaró en una entrevista para NBC News que “aunque las personas confíen con frecuencia en sus creencias erróneas, al menos están potencialmente abiertas a cambiar de opinión.”
💡¿Sabías qué?
La ciencia ha demostrado que el ser humano tiende a descartar la información que contradice sus decisiones y juicios anteriores, lo que en psicología es llamado sesgo de confirmación. Un estudio publicado en la revista Nature relató que este sesgo está relacionado con una menor sensibilidad neuronal a las opiniones de los demás cuando las opiniones son disconfirmatorias, de forma que nuestras conexiones neuronales toman en consideración las opiniones de los demás cuando refuerzan la nuestra, pero no cuando contribuyen a desmontarla. Además, la arquitectura neuronal de nuestro cerebro hace que confundamos nuestra interpretación subjetiva con la realidad objetiva, por ejemplo, asumiendo que la opinión propia es un hecho consensuado.
💊 Las bases biológicas de la depresión
Las claves
Un estudio publicado recientemente en Nature ha descubierto, por primera vez, cómo los cambios en una región específica del cerebro se asocian con depresión.
Estos cambios, detectados en una zona conocida como “Salience network” (red de saliencia), se detectaron incluso antes del inicio de los síntomas depresivos, lo que sugiere que podrían utilizarse como un marcador temprano de riesgo para la depresión.
La red de saliencia es una región del cerebro que ayuda a la integración de los estímulos externos y los pensamientos internos, facilitando la integración sensorial, emocional y cognitiva. Se encarga de detectar y priorizar estímulos relevantes para la supervivencia, la emoción y la atención.
El estudio documentó que esta región del cerebro está expandida casi al doble en las personas con depresión en comparación con individuos sanos, y que esta expansión se mantiene a lo largo del tiempo, independientemente del estado de ánimo.
Este hallazgo proporciona nuevas perspectivas sobre las causas y cambios que ocurren en el cerebro durante la depresión, sugiriendo que el estudio de la actividad cerebral (por ejemplo, mediante resonancia y otras técnicas de imagen), podría servir como un marcador temprano de la enfermedad.
Un estudio único hasta la fecha
El estudio incluyó datos de 135 personas con depresión y 37 individuos sanos a los que se les realizaron múltiples pruebas de imagen durante casi 2 años. Algunos individuos llegaron a ser examinados más de 60 veces, lo cual permitió la recogida de gran cantidad de datos.
Además, incluyeron datos de 299 individuos con depresión y 932 controles sanos de otros estudios para validar los hallazgos.
Los investigadores utilizaron técnicas avanzadas de neuroimagen, como la resonancia magnética funcional o el mapeo funcional de precisión, que permite examinar las conexiones cerebrales de forma individual.
💡¿Sabías qué?
Estudios previos han documentado que las personas con síntomas depresivos tienen una mayor plasticidad cerebral negativa. Esto significa que, en lugar de reforzar conexiones saludables, el cerebro tiende a fortalecer redes relacionadas con pensamientos negativos y emociones desagradables. Es decir, el cerebro tiende a entrenarse involuntariamente para ver el mundo de manera más negativa cuando se enfrenta a episodios recurrentes de depresión, lo que podría explicar la dificultad para romper el ciclo sin intervenciones terapéuticas.
🌱 Trump pone en riesgo políticas ambientales que salvan vidas
Las claves
Se trata del uso de los dispositivos de control de la contaminación del aire (APCD, por sus siglas en inglés), implementados en el año 1995 por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).
Los APCDs en plantas de energía han permitido reducciones de alrededor del 90% en emisiones de dióxido de azufre (SO₂) y de óxidos de nitrógeno (NOx) entre 1995 y 2022. Estas medidas han resultado en la reducción del número de muertes prematuras atribuibles a estos contaminantes desde más de 40,000 en el año 2000 hasta 1,600 en el año 2020.
Además, se estima que los APCDs han conseguido un ahorro de entre $35,000 millones y casi $100,000 millones en costes sanitarios. Estos ahorros incluyen la reducción de gastos médicos y hospitalarios, así como la disminución en la pérdida de productividad debido a enfermedades relacionadas con la contaminación del aire.
Sin embargo, iniciativas políticas propuestas en la campaña electoral de Donald Trump como el Proyecto 2025 y la Agenda America First proponen reducir la aplicación de la Ley de Aire Limpio, debilitando las regulaciones ambientales y disminuyendo la obligación de usar APCDs en las plantas de energía.
Los científicos advierten: sin los APCDs, las emisiones de SO₂ podrían ser 2.9 veces mayores y las de NOx 1.8 veces mayores, aumentando drásticamente el riesgo de problemas de salud pública.
Un impacto desigual
Aunque los beneficios de los APCDs se observan a nivel nacional, las plantas de energía en los Apalaches, el Medio Oeste y el Oeste de las Montañas registran los mayores beneficios debido a las mayores reducciones de emisiones en estas áreas.
La reducción de las regulaciones afectaría desproporcionadamente a las comunidades en estas zonas, en su mayoría personas de bajos ingresos y minorías, que ya enfrentan mayores riesgos por otros factores de riesgo ambientales.
Además, estas emisiones afectan a las poblaciones más vulnerables, como los niños. Según Frederica Perera, directora del Programa de Investigación Traslacional del Centro de Salud Ambiental Infantil de la Universidad de Columbia, "además del beneficio de hasta 9,000 vidas salvadas al año, el aire más limpio debido a los controles de contaminación en las plantas de energía significa que nacen menos bebés con peso reducido o de forma prematura, menos niños desarrollan asma, y los niños tienen mejor capacidad de aprendizaje."
💡¿Sabías qué?
Durante su administración (2017-2021), Donald Trump llevó a cabo una serie de reformas y cambios significativos en las políticas ambientales y energéticas de Estados Unidos, enfocándose en reducir la regulación y promover la independencia energética del país. Entre sus acciones se incluye la retirada de Estados Unidos del Acuerdo Climático de París, la reducción del poder regulador de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), disminuyendo su presupuesto y derogando más de 100 regulaciones ambientales, y la aceleración de proyectos de infraestructura energética como los oleoductos Keystone XL y Dakota Access, ambos controvertidos debido a sus posibles impactos ambientales y a la oposición de comunidades indígenas.
📡 Reinas y trabajadoras: robots logran desvelar los patrones de comportamiento de las abejas
Fuente: The Earthshot Prize
Las claves
Las abejas han sido calificadas como la especie animal más importante del mundo por la Real Sociedad de Geografía de Londres y el Instituto Earthwatch.
Estos insectos se encuentran en peligro de extinción, en gran medida debido al uso de pesticidas y al cambio climático, que ha resultado en una disminución de su hábitat.
Científicos de la Universidad Técnica Checa de Praga han desarrollado un sistema robótico autónomo de análisis de comportamiento para el seguimiento de las abejas de forma continua. El sistema ha recogido grandes conjuntos de datos sobre las interacciones entre la reina, las abejas obreras y las crías durante 30 días, las 24 horas del día.
Hasta ahora, había sido muy complicado estudiar a fondo las estrategias de comportamiento de las abejas, ya que la autorregulación de las colonias es compleja y estudiar a las reinas en la naturaleza es difícil.
Los científicos ya han logrado hallazgos con esta nueva tecnología. Por ejemplo, identificaron que la reina elige como lugares de reposo áreas cercanas a las zonas de almacenamiento de miel, pero lo más alejadas posible de la entrada de la colmena, probablemente para alejarse del tráfico de abejas obreras durante el descanso.
Este sistema podría ser crucial para desarrollar estrategias de protección de la especie.
¿Por qué son tan importantes las abejas?
Son el mayor grupo de polinizadores del planeta: transportan el polen de unas plantas a otras.
Los granos de polen no son otra cosa que las células reproductivas masculinas de las flores, por lo que la polinización permite la fertilización de las plantas y la producción de semillas.
Todo esto implica que el 70 % de la agricultura a nivel mundial depende de las abejas.
Son, además, la única especie animal que no transporta ningún patógeno.
💡¿Sabías qué?
Se le atribuye a Albert Einstein, uno de los científicos más populares del siglo XX, la frase “si las abejas desaparecieran de la faz de la Tierra, al hombre solo le quedarían cuatro años de vida”. Sin embargo, Michael Pocock, ecologista en el Centro de Ecología e Hidrología de Reino Unido, duda de la veracidad de esta cita y de que la extinción de las abejas pudiera resultar directamente en la extinción del ser humano. Cierto o no, según la Universidad Nacional Autónoma de México, la mitad de las especies de plantas y el 75% de los productos que consumimos desaparecerían si las abejas dejaran de vivir.



