No es el fin del mundo, el gran experimento social y más
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Por Irene Martínez-Morata y Arce Domingo
📡 El Gran Simulador Social
Las claves
Investigadores del Instituto PKU-Wuhan de Inteligencia Artificial han desarrollado un proyecto revolucionario que da un paso más hacia la Inteligencia Artificial General (IAG). Se trata del Gran Simulador Social, un entorno urbano a gran escala simulado de forma virtual.
El modelo simula comunidades, ciudades, y en última instancia, civilizaciones que permitirán explorar valores y comportamientos colectivos a largo plazo.
El objetivo es utilizarlo para realizar experimentos sociales que sean replicables en la población, lo que permitiría mejorar la calidad de las políticas públicas y aumentar el bienestar social.
Los científicos pretenden que esta herramienta esté abierta a investigadores de todo el mundo, ya que a medida que avanza la IA, tendremos que responder colectivamente a una pregunta clave: ¿cómo coexistirá con nosotros una IA cada vez más poderosa? Este simulador social puede ayudarnos a responderla.
El doctor Song-Chun Zhu, líder del proyecto, declara: “no solo estamos simulando la sociedad, estamos ensayando el futuro”. La ambición es audaz: ayudar a la humanidad a navegar por una era de cambios acelerados con previsión, cooperación y sabiduría.
🌎 Ensayando el futuro
El simulador se basa en datos reales anonimizados de una región de más de 500 kilómetros cuadrados con 1,18 millones de habitantes: el Valle Óptico de China.
Se entrena mediante la exploración de cómo los habitantes afrontan retos sociales como la cooperación, la desigualdad, la alineación de valores, la respuesta a crisis, los sistemas económicos y la planificación urbana.
De esta forma, las ciencias sociales proporcionan orientación a las sociedades de IAG y, a su vez, las sociedades de IAG ofrecen una plataforma para poner a prueba teorías y metodología, brindando una oportunidad de un enfoque científico más riguroso.
“Esperamos que esta simulación revele patrones que nos permitan estudiar cómo compiten, cooperan e interactúan las diferentes naciones y civilizaciones”, afirma el doctor Zhu.
💡¿Sabías qué?
Los primeros pasos hacia la IAG, una IA con capacidades intelectuales similares a las de un humano, se dieron en 2024 con la creación de Tong Tong, un agente de IA que simula una niña capaz de aprender y crecer por sí misma. Pero para construir una IA que sea socialmente consciente, se debe simular la sociedad como tal, no solo las mentes que residen dentro de ella. En octubre de 2024, el equipo de Zhu lo hizo realidad con Longlasting Civilization, una sala de realidad virtual en la que los visitantes pueden recorrer las épocas de la humanidad junto a compañeros de IAG. El proyecto, que combina la historia inmersiva con la IA de vanguardia, ha obtenido reconocimiento mundial y ha ganado el Premio UNESCO 2025 a la Innovación en la Educación sobre el Patrimonio Mundial.

🌱 Revolución para salvar la agricultura
Las claves
Desde 1980, Europa es el continente que más rápido se calienta, lo que afecta a la agricultura a través de sequías e incendios forestales, entre otros.
Estudios recientes estiman que entre el 60% y el 70% de los suelos europeos ya están degradados. Además, las pérdidas por sequía podrían costarle a la Unión Europea 65.000 millones de euros al año de aquí a 2100.
Ante esta situación, algunos agricultores están explorando un camino distinto: la agricultura regenerativa, que busca devolver la vida al suelo, mejorar la biodiversidad y reducir la dependencia de químicos.
La evidencia científica respalda sus beneficios. Un macroestudio global documentó que la rotación de cultivos aumenta la diversidad de especies un 24%, mejora la calidad del agua un 51% y reduce las plagas un 61%.
Un análisis en 14 países europeos encontró que los cultivos regenerativos logran un beneficio económico un 20% mayor por hectárea. En Alemania, un estudio proyecta que estos cultivos son al menos un 60% más rentables que los de la agricultura convencional tras 6–10 años.
🌻 Éxito sobre el terreno
La revista científica Nature ha recopilado varias historias de éxito en la agricultura regenerativa.
En Portugal, Ruben Jorge y Hebrero Brunk han apostado por reemplazar los surcos de tierra desnuda en sus fincas por una alfombra verde de pastos que evita la erosión.
Estos suelos retienen nitrógeno y dióxido de carbono, y se han vuelto más resistentes al fuego. En 2019, sus suelos retenían un 1,9% de carbono. Hoy llegan al 3,5% y su objetivo es alcanzar el 6%.
Cuando los incendios arrasaron Portugal el verano pasado, Brunk ayudó a un vecino a apagar las llamas y aseguró: “Si el fuego hubiera alcanzado mi propiedad, probablemente no habría hecho mucho daño, porque los campos están verdes y bien hidratados.”
Los ejemplos en Portugal muestran que es posible transformar tierras secas en ecosistemas vivos y productivos.
A pesar de los datos, a día de hoy apenas el 2% de las granjas europeas son regenerativas, y tan solo un 5–10% están en transición. La falta de incentivos y las tensiones políticas explican en parte esta lenta adaptación.
💡¿Sabías qué?
Nuestra dieta también influye en el estado del planeta. Las dietas más basadas en productos vegetales, locales y de sistemas sostenibles no solo son más saludables, también reducen la presión sobre suelos y agua, y ayudan a disminuir emisiones. Como te contamos en este post, numerosos estudios apuntan a que la adopción de una dieta flexitariana, es decir, aquella que reduce el consumo de productos de origen animal a menos del 25% de la dieta, podría reducir un tercio de las emisiones de carbono.
👫 Tenemos menos bebés, ¿se acaba el mundo?
Las claves
En 2050, más de tres cuartas partes de los países tendrán tasas de fertilidad por debajo del nivel necesario para mantener estable su población.
El cambio ha ocurrido en pocas décadas. En 1970, una mujer en México podía esperar tener siete hijos. Hoy, la cifra está en 1,6. El caso más extremo se encuentra en Corea del Sur, que ha pasado de 4,5 hijos por mujer en 1970 a apenas 0,75 en 2024, la tasa más baja del mundo.
La ONU prevé que la población mundial alcance su pico en 30–60 años y luego se contraiga por primera vez desde la peste negra en el siglo XIV.
🤔 ¿Por qué tenemos menos hijos?
Las razones son múltiples, algunas de ellas positivas. Estudios científicos apuntan a factores como el acceso a la anticoncepción y la educación, la reducción de embarazos no planificados, cambios culturales y el aumento de mujeres con estudios y carreras que priorizan su independencia.
Pero no se trata solo de decisiones individuales: los factores estructurales son importantes.
En un estudio de la ONU con más de 14.000 personas en 14 países, el 39% de ellas citó limitaciones económicas como la razón principal para no tener hijos.
Culturas laborales que exigen largas horas, como Corea del Sur, también dificultan la conciliación.
🌱 Riesgos y oportunidades
Algunos estudios advierten que habrá menos trabajadores jóvenes para sostener a una población mayor, y que continuará el abandono de zonas rurales.
No obstante, los expertos apuntan a que la reducción de la población también podría tener efectos positivos, como reducir la presión sobre los recursos naturales o la posibilidad de invertir más en la calidad de vida de cada niño.
Aún así, advierten que es necesario adaptarse a la caída de la natalidad mejorando los sistemas de pensiones y servicios de cuidado, y adaptando sus economías.
Los científicos ven difícil recuperar las tasas anteriores de fertilidad, pero creen que hay tiempo para adaptarse a los cambios demográficos. Como señala la socióloga Barbara Katz Rothman: “No es que no estemos teniendo bebés. La especie humana no se está extinguiendo”.
💡¿Sabías qué?
Factores ambientales como la exposición a toxinas que alteran el sistema endocrino, el estrés, los estilos de vida sedentarios y el retraso de la maternidad también contribuyen al descenso en la natalidad. En algunos estudios también se ha observado una caída marcada en el recuento de esperma masculino, lo que sugiere que la exposición a sustancias que alteran la función de las hormonas, que podrían estar presentes en productos de uso cotidiano como plásticos, pesticidas, alimentos y agua, podría estar desempeñando un rol importante.
💊 Descifrando el origen y el futuro del cáncer
Las claves
Investigadores del Clínic-Idibaps de Barcelona y el Instituto de Investigación del Cáncer de Londres acaban de desarrollar un método capaz de revelar el origen de un tumor y anticipar cómo va a evolucionar en el futuro.
Hasta ahora resultaba muy difícil descifrar el pasado de los tumores. La biopsia, uno de los métodos más utilizados para el diagnóstico y pronóstico, revela el estado actual del tumor, pero no da información sobre cómo ha llegado hasta ahí.
“Esta información del pasado nos permite saber si un cáncer será más agresivo en el futuro, si cambiará con el tiempo o incluso, en tumores que no requieren tratamiento inmediato, cuándo será necesario tratar al paciente” comenta el doctor Iñaki Martín-Subero, coordinador de esta investigación, en una entrevista para El País.
La investigación utilizó 2.000 muestras de leucemias y linfomas para los que consiguieron descifrar el grado de diversidad celular y la velocidad de crecimiento, pero los autores creen que la metodología podría funcionar para cualquier tipo de cáncer.
Las huellas que revelan el pasado
Las marcas epigenéticas tienen la clave para hacer posible esta exploración. Son compuestos químicos que se adhieren a los genes, activando y desactivando sus funciones.
Los investigadores han descubierto que estas huellas registran toda la información sobre cuándo empezó un tumor, a qué velocidad ha crecido y cómo ha cambiado en el tiempo.
Hasta ahora, estos patrones se creían indescifrables, pero estos científicos han logrado extraer la información usando modelización bayesiana, una técnica estadística que parte de información previa y la combina con nuevos datos para obtener predicciones actualizadas.
Esta tecnología no está aún disponible para la utilización en la práctica clínica, pero las herramientas de medición epigenética tienen un coste relativamente bajo, lo que facilitaría su aplicación.
💡¿Sabías qué?
Las marcas epigenéticas pueden ser reversibles, y están muy influenciadas por factores ambientales y de comportamiento. El caso más conocido es el del tabaco: decenas de estudios en todo el mundo han documentado patrones epigenéticos alterados en fumadores, como se puede ver en este estudio de nuestro grupo de investigación. Lo interesante es que algunos de ellos pueden revertirse en tan solo tres meses después de dejar de fumar, pero otros persisten durante años. Numerosos estudios científicos apuntan a que estos cambios en la epigenética podrían ser una de las causas a través de las que las exposiciones ambientales causan enfermedades.
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